04 noviembre 2005


Estos cuatro billetes fueron mi modesto homenaje a PEPA OSORIO, hoy quiero transcribirlos aquí.

1) SILENCIO
El jueves fui al hospital a visitar a una amiga que tiene un cáncer en fase terminal, del cual ella desconocía la existencia.
Lo primero que hizo cuando me vio, fue decirme “sabes que tengo un cáncer muy avanzado”, le di ánimo de la mejor manera posible, preguntando si necesitaba algo.
Me dijo “mientras pueda, te quiero ver a menudo en mi casa, pues hay un reducido grupo de amigos a los que no quiero perder de vista en el tiempo que me quede de vida”.
Su respuesta me dejo en primera instancia estupefacto y posteriormente en un estado de lucidez que me hizo tomar conciencia de nuestra esencialidad, nuestro transito efímero por la vida y nuestras relaciones en ella. La nuestra se fraguo en la enfermedad y muerte de su hijo y en las conversaciones que mantuvimos durante mucho tiempo sobre nuestra pasión común, el Arte, descubriéndonos en esos diálogos el uno al otro, mientras aportábamos nuestras respectivas miradas a la verdad, la belleza y la bondad.

2) DIÁLOGO
La fui a ver hace unos días, hablamos como siempre de nuestras cosas, la verdad, la belleza y la bondad; la ética en definitiva, también de las cuestiones cotidianas de este mundo, hoy íbamos a vernos de nuevo, me acaban de llamar comunicándome su deceso.
Esta persona a la que hoy le quiero dedicar mi reflexión por su actitud ante la vida, tratando de ser ella misma antes que nada y a la cual le tengo un amor esencial, es Pepa Osorio, y me enorgullezco mucho más de lo que la propia palabra expresa, en ser “compadres”, a ella le gustaba decir, que éramos "amigos y compadres".
Que tengas muchos “hallazgos” en la nueva búsqueda que inicias.

3) PÉRDIDA
El pasado día 28 de julio y ante un artículo publicado en prensa me vi en la necesidad de contestar a su autor por medio de un correo electrónico que transcribo.
Veía a Pepa frecuentemente en sus últimos días, seguíamos hablando como antes de arte, también de nosotros, de su familia y de la mía, de su patrimonio, de los egoísmos, de los desprendimientos, del cinismo social, de la autonomía personal, del vivir, del sobrevivir, de los mandatos sociales, del ser y el parecer, de las dificultades cotidianas, de que el hacer de la vida ARTE es una cuestión de compromiso ético con uno mismo y supone tener unos criterios, que si se poseen, denotan una actitud que se refleja en todo aquello que sale de uno, incluidos la pintura, los poemas, las reflexiones, el tomar café y si me apuras, el dormir.
La libertad pasa por la capacidad de ser autónomo, Pepa nunca se creyó libre, sabía que la libertad, es solamente una dirección y un sentido, que ella perseguía tratando de mantener su autonomía personal, entendió también de una forma pragmática, que si podía hacer arte de las cosas, también era posible hacer Arte de la propia vida y fue autentica con ella misma.
Eso la iba haciendo libre.

4) DUELO
Todos tenemos la necesidad de comunicarnos, pero fundamentalmente necesitamos un “interlocutor valido” donde mirarnos, donde reconocernos.
Cada día que pasa tengo una sensación de pérdida mayor, no la necesitaba ver todos los días, ni siquiera una vez a la semana, aunque últimamente la viese con más frecuencia, ella, siempre estaba allí, disponible para mi, con su mente dispuesta al diálogo, aunque nos tuviéramos que pedir la palabra, ahora tengo menos hacia donde mirar, mi soledad es un poco más profunda, mis silencios más amplios.
El duelo, esa acomodación del alma a una nueva situación, debe de ser algo así.