08 noviembre 2005


GLOBALIZACIÓN Y ARTE CONTEMPORÁNEO
Vivimos en una sociedad global, pero tan solo se presenta la globalidad en todo su esplendor, en el mercado y en las manifestaciones más elementales del ocio, pues permiten la homogeneización que nos anula como individuos, como seres autónomos. Es precisamente desde esa plataforma, donde se pervierten los conceptos y se nos ofrece el vehículo como fin.
Tomemos como ejemplo a Internet que no es ni mas ni menos que una herramienta, pero que durante bastante tiempo dio lugar a la manida frase de que “vivíamos en la era del conocimiento” cuando la realidad es que vivimos en la era de la sobreinformación, que nos puede producir por un lado ansiedad, pues no es posible asimilarla toda y por el otro, el espejismo del conocimiento.
Es necesario pues subvertir los actuales valores de la sociedad, para que la globalidad no solamente revierta en cosas, sino en un mejor vivir, en un bien-estar derivado de la actuación personal de cada uno y radicado en la propia coherencia interna. De ahí que defendamos como opción complementaria a la globalización, la potenciación de la diversidad, de nuestra personal idiosincrasia e identidad, pues esa acción plural propiciaría un mestizaje enriquecedor y no una colonización soterrada.
Es aquí en este impulso donde el arte contemporáneo, denostado y ensalzado en muchas ocasiones con poco “conocimiento”, nos trasmite desde su esencia que un proyecto coherente no esta en las formas, sino en el concepto que la obra vehicula.
Resulta preciso cambiar la mirada, y desde la reflexión serena generar criterios con los que intervenir en nuestra cotidianeidad.