18 de MAYO
DÍA INTERNACIONAL DEL MUSEO

MUSAC

Visité recientemente el Musac, espacio que viene precedido por el buen quehacer de sus gestores, al acabar la visita, unas imágenes y unos artistas resonaban con más fuerza en mi cabeza, pero por encima de estas obras surgía un rumor difuso producido por una plástica sin ninguna cohesión entre si, la sensación que tenía, era de que los tres comisarios encargados de la presentación, cual directores de orquesta dirigiendo cada uno por su lado, habían logrado no conjugar las diferentes propuestas, produciendo un ruido exento de toda polifonía que justificaban en la complejidad del momento presente y la dispersión e inmediatez de la vida actual, trasladado a la creación.

Me acorde entonces de la estética relacional, pero no existía la participación del espectador ó la acción en vivo y en directo que generase las necesarias interacciones o interferencias.

La sensación al salir, me generaba una cierta rabia, pues sentía que el espacio había deglutido las obras, estas solo tenían importancia como elementos de dicho espacio, fuera del cual, parecería que no tendrían razón de ser. Una perversión (que no se puede justificar desde el mestizaje y la globalización), a la que se llega según me parece, al no buscar el diálogo de las obras presentadas con sus colaterales y con el propio espacio que las contiene.