20 agosto 2006


Acutar: reservar un espacio para alguien

Después de unos días climatológicamente revueltos, esta noche cayo una tromba de agua y hoy el día se presenta radiante, luminoso y con una frescura ambiental de agradecer.
Quizás esta revoltura del tiempo influye en las personas más de lo que creemos.

Ayer, a primera hora de la mañana vi una plaza de aparcamiento libre y según me voy acercando a la misma, una señora aparece corriendo desde una calle lateral y se coloca en medio del hueco señalando a un vehiculo con un individuo dentro, que realizaba una peligrosa maniobra para acceder a la susodicha plaza si dar un rodeo importante.

Una hora más tarde en un aparcamiento de la feria de muestras, espero pacientemente a que un vehiculo acabe de salir de una plaza de aparcamiento y se incorpore al flujo de la circulación por un estrecho pasillo por donde no cabíamos ambos. En ese momento y desde un coche que aún no había entrado en el recinto, sale un chico corriendo desaforadamente para posicionarse físicamente en la susodicha plaza, no permitiéndome aparcar so pena de arrollarlo, posteriormente se le unieron otros tres ocupantes del vehiculo en una sentada, mientras, me mantenía estoico e impertérrito, con el coche abocado al ansiado espacio, esta operación duro quince minutos hasta que los muchachos desistieron de su empeño al aparcar el quinto ocupante el vehiculo en otro lugar.

Ya a ultima hora de la tarde me acerque al estudio para adelantar un proyecto en el que ando metido, justo delante de la puerta hay un hueco y aparco en el, en ese instante sale del portal un vecino que de muy buenas maneras me indica que si voy a tardar en irme, puesto que una cuñada había ido a buscar su coche, que lo tenía estacionado a unos cien metros para ponerlo en el lugar donde estaba el mío y el era el encargado de reservarlo.

Hay días…